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Y ¿Qué pasa cuando morimos? - Parte II

  • Foto del escritor: Dr. Vinicio Toledo
    Dr. Vinicio Toledo
  • 22 nov 2023
  • 3 Min. de lectura

Caverna con agua en su interior al fondo la salida con una cascada, paisaje con árboles en otoño y una persona extendiendo sus brazos.
Y ¿Qué pasa cuando morimos? - Parte II | Imagen obtenida de Adobe Stock

Un segundo estudio duró tres años y se realizó en 25 hospitales de Estados Unidos y Londres, con 567 pacientes internados que habían sufrido un paro cardíaco y fueron tratados con un método estandarizado de resucitación. El Dr. Parnia y su equipo también estudiaron 126 reportes con las memorias relatadas por pacientes de esta comunidad, que sobrevivieron a un paro cardíaco para - según se explica- ampliar la comprensión de los fenómenos relatados en estas experiencias cercanas a la muerte.

Los resultados de estas investigaciones fueron presentados con el nombre de AWARE II en un simposio de Ciencia de la Resucitación como parte de las sesiones científicas de la Asociación Americana del Corazón, en Noviembre del 2022.


“Nuestros resultados ofrecen evidencia de que, en el borde de la muerte y estando en coma, las personas atraviesan una experiencia interna única de conciencia, incluyendo un darse cuenta de lo que sucede sin angustia o zozobra.”


Un descubrimiento fundamental para empezar a tener una explicación de estas experiencias reportadas, fue la actividad de ondas cerebrales -gamma, alpha, beta, delta y theta- hasta por una hora mientras se aplicaba la Resucitación Cardio Pulmonar. Los autores consideran que “éste puede ser el primer signo de las llamadas experiencias cercanas a la muerte”. Según explican, estas ondas cerebrales se observan usualmente cuando una persona está consciente y realizando elaboradas funciones mentales como pensar, recordar y tener percepciones cognitivas.


Por tanto, “estas lúcidas experiencias no pueden ser consideradas un truco de un desordenado y agonizante cerebro, sino una experiencia humana única que surge en el borde de la muerte”, afirma el Dr. Parnia.


También se concluye que, ”estas experiencias no son consistentes con alucinaciones, ilusiones o experiencias inducidas por drogas psicodélicas… Por el contrario, ellas siguen un arco narrativo específico que incluye: (a) una percepción de separación del cuerpo con un elevado y vasto sentido de consciencia y reconocimiento de la muerte, (b) percibir que se viaja a un destino, (c) una revisión del sentido y propósito de la vida, incluyendo un análisis crítico de todas las acciones, intenciones y pensamientos hacia los demás, (d) una percepción de estar en un lugar “ como en casa “ y (e) “un regreso a la vida “.


Otra de las conclusiones es que “la experiencia de la muerte culmina en subtemas separados que no habían sido considerados anteriormente, y que es asociado con transformaciones psicológicas positivas y de crecimiento de largo plazo”. En la National Geographic también se menciona ese renovado sentido de propósito y significado para la propia vida que los sobrevivientes mencionan, especialmente quienes han escrito libros sobre esta experiencia. Otro ejemplo de este fenómeno, descrito por el Dr. Tony Cicoria, lo constituye “la repentina pasión que él desarrolló por el piano clásico y la creación de melodías que parecen brotar espontáneamente en su cerebro “.


Parnia explica: “En la medida en que el cerebro se va apagando, muchos de sus sistemas de frenado son liberados. Conocido como desinhibición, esto provee acceso a las profundidades de la consciencia, incluyendo las memorias guardadas, los pensamientos desde la infancia hasta la muerte y otros aspectos de la realidad. Aunque nadie sabe el propósito evolutivo de este fenómeno, revela claramente preguntas intrigantes acerca de la conciencia humana, aún en la muerte”.


Los autores del estudio del 2022, apuntan a que la evidencia sugiere que con la muerte no finalizan los procesos fisiológicos ni cognitivos, y que, aunque los estudios sistemáticos no han podido probar de manera absoluta la realidad o el significado de los relatos y experiencias de estos pacientes de estar alertas en relación a la muerte, también ha sido imposible refutarlas. Además, esos recuerdos o memorias, ameritan una investigación genuinamente empírica y sin prejuicios. Adelantan que, se necesita definir de forma más precisa: los biomarcadores de lo que -clínicamente- es considerado consciencia, la memoria recuperada de la muerte y el monitoreo de los efectos psicológicos a largo plazo de la resucitación, después de un paro cardíaco.


Vale la pena mencionar que, en nuestro país, un médico ha publicado dos libros sobre sus propias experiencias a raíz de un terrible accidente de avión, un infarto y una operación de corazón abierto. El Dr. René Santizo Fión las relata en “MORÍ Y VÍ “ y “EN EL UMBRAL DE LA MUERTE“. En ellos él describe las mismas experiencias que hemos mencionado y que han sido reportadas por otros sobrevivientes en estos estudios.

Ya en el artículo del 2016 en la National Geographic, Parnia comparaba la ciencia de la resucitación con la aeronáutica: “Nunca pareció posible que la gente pudiera volar, sin embargo en 1903, los hermanos Wright lo hicieron. Resulta increíble -dice-, que solo tomó 66 años desde ese primer vuelo de 12 segundos, para aterrizar en la luna”.


 
 
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©2023 por Vinicio Toledo, PhD.

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