De líderes, dictadores y gurús - Parte I
- Dr. Vinicio Toledo

- 28 oct 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 jul 2023

Con frecuencia nos enteramos - con sorpresa, incredulidad o admiración - del grado de control o convencimiento que ciertos individuos tienen sobre grupos numerosos de personas que les siguen en la consecución de ciertas metas o ideales. En ocasiones, sin ningún cuestionamiento y hasta extremos francamente irracionales, dañinos y difíciles de comprender. Hay una línea continua y claras diferencias entre las personas mencionadas en el título de este artículo que, para fines ilustrativos, definiremos de forma breve.
Un líder es definido por el diccionario de la lengua española, como “aquella persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora”. Hay líderes considerados positivos y otros negativos según sus características de personalidad y las metas a las que orienten a sus seguidores convirtiéndose así, en figuras admiradas o aborrecidas en el contexto social en que se mueven o en las áreas de influencia que abarquen.
Un dictador, es definido por este diccionario como una “ persona que se arroga o recibe todos los poderes políticos extraordinarios y los ejerce sin limitación jurídica “.
En su libro “Feet of clay”, Anthony Storr refiere cómo los dictadores se mueven en un entorno en donde se busca el poder de manera inescrupulosa y se elimina a los enemigos sin ningún miramiento. Que la amistad es un lujo no permitido y que la propia estima se deriva del aplauso de una multitud de desconocidos y no del afecto verdadero de las personas cercanas. Añade que su permanencia en el poder, especialmente cuando hay problemas en el país, depende de asegurarse el control total y de que no haya ningún rival que pueda sustituirlo. Para ello se requiere de un aparato de informantes, policía secreta y espías que son tan característicos en este tipo de regímenes. Paradójicamente, los amigos o aliados en los que un líder usualmente encuentra apoyo y consejo en las crisis, para el dictador se convierten en una amenaza y son vistos con sospecha. En esas situaciones, son los primeros en ser purgados puesto que su cercanía - en este contexto paranoide - los transforma en posibles rivales capaces de sustituirlo. Véase cómo en la historia de dictadores pasados y actuales, algunos miembros del círculo de allegados son, repentinamente, eliminados, encarcelados o desterrados.
En su descripción de los gurús, Storr los describe como individuos diferentes a las personas ordinarias y como dictadores en menor escala porque, aunque sus mensajes son usualmente religiosos, también actúan como tales, no tienen verdaderos amigos, dependen de la adulación, buscan ejercer un poder absoluto y padecen de las mismas sospechas paranoides.
No todos los gurús son de la misma categoría: algunos son íntegros e incluso venerables, y otros, totalmente lo contrario.
En un próximo artículo, comentaré el fascinante estudio que hace el autor mencionado, sobre estos personajes y las características que la mayoría comparten a pesar de las marcadas diferencias que pueden existir entre ellos.
Y en un tercer artículo, sobre los rasgos y necesidades psicológicas de quienes se constituyen en sus creyentes y seguidores.

